sábado, 22 de enero de 2011

Ciénaga…

Ciénaga…
Sobre los lodos sus huellas quedaron
El ámbar milenario lo prueba
Tinturas de mil y un tonos grisáceos
Enriquecen los satinados ojos brillantes
Parapetados en los prejuicios
Nada conseguían dilucidar en la penumbra
Las migrañas martilleaban su sien como un pilón
Agrietando las comisuras de sus labios
Surtidores vidriosos espoleaban su sátiro sumidero
Saben que es verdad, lo saben
Mas no tomarán la dignidad de la mano
Portándola a hombros honorables y entregándola
A la diatriba de la suplica del perdón.
La ciénaga seguirá encharcada aún después del estío.

4 comentarios:

  1. Triste pero verdad, de esas que duelen fisicamente.
    Un abrazo

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  2. Un privilegio leer está entrada ''Ciénaga'' me has dejado uff..!! eres realmente bueno. Voy a seguir leyendote. Un abrazo

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  3. Dichoso el que encuentra
    Pues búsqueda es su destino
    Aprendió a disfrutar de los aledaños…
    Gracias Carlos de a dos…un placer

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  4. El privilegio es de Jacques
    Por tenerte enredada en tu tiempo
    Preciado tesoro entre la maraña de mis letras…
    Gracias, El Dulce Amanecer dilucidará mi columna…

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