Todos juegan con mi piel
Acaso piensen que soy de terciopelo
Arraciman sus dedos sobre mi desnudo
Acarrean patrañas, falacias, verbos
Ansían domeñar mi libre vuelo
Aposentan reliquias de antaña
Apedrean farolas y esconden bajo la luz
Arrecia la tarde, debo correr, el mundo se detiene
Amanceban a los hombres, hay sibilas sonando
Apoltronados debajo del árbol de la sabiduría
Antes o después, fenecerán bajo las manzanas
Acordes sonaron una vez, y fui diosa
Antes que el alba se torne azul
Todos tomarán mi piel
Morderán mi esqueleto roto
Y entonces hallarán aquel tesoro, en sus manos, que
perdieron.
©Santiago
Pablo Romero.El Último Viaje De Zaratustra.
Imagen:
Patty Maher.