En el Lago
de Fuego…(III)
Entrañas
hierven de yerma singladura
Aposento del
derroche perdido en tu vientre
Quiebra de afanosa
diamantina
No busques
donde el dolor sea duro,
En tu cercanía
se ciernen las lobadas.
Arrancado de
la miel, obcecado en su hiel
Ángel de íncubos
etéreos
Miente a tránsito
cumplido
Sin menoscabo
de lenguas, montaraz denario.
Una diestra se
encubre
La siniestra
se aturde de glosas sin concebir
Miserias afloran
en lodos llenos de cuerpos
Mas el fuego
fluye en el lago
Expelidos por
sus jergas serán los marchantes.
He emergido a indagar
tu exaltación
Beberemos de
tu cicuta benévola
Al sanar la
expiación de los daños al deudo
Pues codiciaste
a ser justo personaje
Y tragaste
linimento de pintor engreído.
Las bravas
hazañas te pulen la piel
Preñada de
cicatrices en falacias perdidas.