sábado, 27 de noviembre de 2010

Deseo…

Deseo…

Me deseas
No puedes remediarlo
Me amordazas, me restringes
Los movimientos
Necio, no sientes, mis salientes inhiestos
Podrás enlazarme cuanto quieras
Mas no podrás reprimir mi deseo
Te deseo, estúpido.

3 comentarios:

  1. Siempre me pareció curioso asociar el deseo sexual a la muerte, a lo funesto. Y no lo hago como ejercicio intelectual,ni sadomasoquísta, sino como una experiencia personal natural; a la vivencia de la muerte, he observado que reacciono como superación quizás,o como acto íntimo de rebeldía, con el deseo carnal, como si fuese una tensión de fuerzas opuestas cuyo ejercicio necesito para equilibrar mis fuerzas y de una forma inconsciente.
    Y creo que Chopín compuso la marcha fúnebre con el tono más brillante que pudo, para despojarla de dolor y otras connotaciones y acentuar así dos sensaciones que percibo,la soledad y la dignidad en ese último desfile. Para un romántico como él, el hecho de la muerte es trágico y desgarrador...pero la ceremonia de despedida, sencilla, rotunda y elegante...(aunque eso si, no se me ocurriría ponerla de fondo para "lo otro", al menos de momento... Aunque !?...Nada, nada, como si no hubiera dicho nada. Mutis, jijijiji).

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  2. El sexo es vida y muerte, para mi no necesariamente conectado con lo funesto, ya que ni la vida ni la muerte tienen porque serlo. La vida y la muerte impregnan cuanto hacemos, y tal vez viviríamos con menos angustia a envejecer y morir si entendiésemos que la muerte no es si no un paso más, aquel que supone la única certeza que tenemos en el mismo momento de nacer.
    Los tántricos dirían que eyacular supone la muerte.
    Yo no pondría algo tan solemne en el momento del sexo ni en mi muerte si no algo más alegre. Nos vemos...

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  3. TU POESIA ES MUSICA
    LA MUSA QUE TE INSPIRA
    ES MUY LOCA
    TE TOCA TODAS.
    LAS FIBRAS
    DE TU UNIVERSO..

    ABRAZOS
    JORGE

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