martes, 28 de junio de 2011

Tribulaciones…

Tribulaciones…
Danzar, rompiendo voluntades
Subir, tachada, excéntrica, rupturista
Llegar, pétreas escalinatas de afilados sesgos
El abismo, ante tus ojos
Vértigo, poesía enterrada entre paredes nevadas
Vástagos arruinados, sin estirpe
Luchadora, contradictoria, lábaro de generaciones
Curtida piel, lacerada por  cilicios
El mar te llama a su oscuro corazón, nada a contracorriente.
Diosa, ya. Nadie podrá escapar a tu sufrimiento.

4 comentarios:

  1. Interesante planteamiento con cierta analogía.

    Como siempre, vengo y me detengo a pensar.

    Besos amigo.

    Hasta pronto.

    ResponderEliminar
  2. En mi choza
    Te quedo un asiento privilegiado
    Para que te poses y aletees
    Quedando un aroma embriagador…
    Gracias Señora de los atuendos…de bello carmesí…
    Bsts Pluma.

    ResponderEliminar
  3. Quedan en el fondo del mar restos de grandes luchas, no en todas se gana pero a veces es cosa de la fortuna, queda el alma intacta por guardar la poesía emparedada, llega luego el verano y no fue por llevarte la contraria amigo mío, es que me da este poema en mitad del medio de esto que me mata...

    ResponderEliminar
  4. En la flaqueza de la saeta
    El aire se desboca
    Corta de cuajo su altivez
    Y la retorna al lodo, y surge la quiebra
    La pregunta quemada, el mortal de su pecho
    Y vuelve al fuego, comiendo cenizas…
    Gracias Europa, tu grandeza, no tiene límites
    No habría yo de osar ponerlos…Bsts.

    ResponderEliminar