Sobre el Lago…(I)
Hay una mirada insertada
En la juntura del lapso
Huella indeleble de una punición
Hendidura del lago en su vientre pétreo.
Las bocas en la hondonada se pierden
Entre la sed y la saciedad
De manos hundidas en el lodo escaso,
Escozores de hachazos sin pleura.
Se mezclan el salitre de los anegados ojos
Y la dulzura del algodón de las níveas ninfas,
La rabia de las féminas quiebra la afonía
De las voces átonas, y displicentes.
Sus cuerpos se sumergen en el lago
Mientras saltan ascuas de rojizos yerros.